CUARTO MUNDO: LA ACCIÓN EXTERIOR DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS COMO INSTRUMENTO DE CAMBIO Y RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL 1992-2007

Joseba Iñaki Arregi Orue


4.1 BARBADOS: EL NACIMIENTO DE REDES DE APOYO AL CUARTO MUNDO


La actividad indígena generó dos importantes movimientos a nivel internacional. Por una parte, la ONU ordenó la redacción de un informe especial sobre la situación de los Pueblos Indígenas del Mundo al relator Cobos. Por otra parte, El Congreso Mundial de las Iglesias , tomó la iniciativa de convocar a expertos antropólogos, religiosos y expertos de otro tipo para analizar desde un punto de vista crítico la citación de los PIs. De esta reunión nació la Declaración de Barbados (1971) que marca un antes y un después en las relaciones entre indígenas y no indígenas. El documento es especialmente crítico con el papel desarrollado por los Estados, los antropólogos y los religiosos en relación con los pueblos indígenas. El documento defiende su derecho al autogobierno y a tener una voz propia. Barbados I supuso un giro de 180º en la concepción euroamericana de las relaciones entre indígenas y no indígenas. El foro realizó una revisión crítica de la acción de los Estados, las iglesias y la ciencia y apostó por favorecer el protagonismo y la acción indígena en la escena internacional. Además señala que son los PIs los protagonistas de su liberación y que a los no indígenas les correspondía darles prioridad y facilitar que fuese su voz la que se escuchase. Barbados I constituye un hito para el desarrollo del movimiento indígena internacional ya que redefine los objetivos y la forma en la que las redes de ONGs internacionales deben apoyar a los indígenas (Weiss, 2000). Se invita a dotar de voz a los indígenas y se apuesta por reforzar los procesos impulsados desde el Cuarto Mundo. Se trata de terminar, como dice Dussel (1989) con el protagonismo de los "blancos de buena voluntad" que mantenían al indígena no como protagonista sino como "objeto de liberación". En consecuencia, las organizaciones a favor de los derechos de los PIs impulsaron sus contactos y su presencia a nivel tanto estatal como internacional.


En esta década se fundan "Survival International", "Cultural Survival" y el Internacional Working Group for Indigenous Affaire (IWGIA), que son organizaciones no indígenas que han jugado un rol decisivo a la hora de favorecer, reforzar e impulsar la paradiplomacia indígena o grass root diplomacy (Ekins, 1992) y dar a conocer su agenda entre los expertos, políticos internacionales, académicos y opinión pública internacional y nacional. Esta interacción entre indígenas y no indígenas ha hecho posible que las reivindicaciones indígenas conecten con la agenda global. De esta forma el Cuarto Mundo se rebela contra el estatismo, el cientifismo y el desarrollismo propios de las propuestas y estructuras de la globalización (Ekins, 1992) depredadora y participa en los movimientos globales contrarios a este paradigma dominante.


Barbados I obtuvo un gran eco en círculos académicos de Europa y los EE.UU. Y fue de gran ayuda porque puso en marcha iniciativas de ayuda por parte de las distintas iglesias católicas, ONGs especializadas etc. que resultaron fundamentales a la hora de facilitar el empoderamiento de los PIs.
En la génesis del Cuarto Mundo hay que destacar a George Manuel, un líder indígena canadiense que desarrolló un papel singular como "emprendedor supranacional" (Moravcsik, 1998) o inspirador del Cuarto Mundo . Manuel contaba una importante experiencia política como dirigente de la Nacional Indian Brotherhood de Canadá. Realizó numerosos viajes como parte de delegaciones gubernamentales y tuvo la oportunidad de desarrollar importantes contactos con organizaciones indígenas de otros hemisferios, líderes del Tercer Mundo, académicos y activistas a nivel mundial. En 1973, Manuel tuvo la oportunidad de asistir a la Conferencia de los Pueblos del Ártico celebrada en Copenhague. Inuits de Groenlandia y Canadá, Sami de Escandinavia, Dene y Metis de Canadá se reunieron en plena Crisis del Petróleo para analizar las consecuencias de la colonización de las tierras de la periferia que eran mayoritariamente territorios indígenas. Jull (1998) considera esta reunión como el punto de partida de movimiento indígena internacional contemporáneo. En ella se tomó la decisión de organizar una conferencia mundial sobre asuntos indígenas controlada por los propios PIs. En 1974 Manuel lanzó la propuesta de Cuarto Mundo y realizó importantes contactos con organizaciones indígenas de otros continentes (Posluns, 2004). La conferencia se realizó en 1975 en Port Albert con una interesante asistencia de representantes indígenas, algunos representantes gubernamentales y de la prensa. La conferencia analizó 1) la representación indígena en la ONU, 2) la Carta Fundacional del Consejo Mundial de los Pueblos Indígenas 3) asuntos relacionados con la justicia política, social y económica de los PIs 4) la retención de la identidad cultural y 5) la retención de sus territorios y recursos naturales. Sanders (1980:NET) recuerda que a pesar de la diversidad que representaban "All delegates realized they shared common experiences of oppression, though they varied from "mild" racial discrimination to ethnocide and genocide". De esta propuesta y los posteriores contactos surge la primera organización internacional pan-indígena, el Congreso Mundial de los Pueblos Indígenas (CMPI), (1975). En su declaración de principios afirma "We the indigenous peoples of the world…vow to control our destinies and recover our complete humanity and pride in being Indigenous People".


Paralelamente al nacimiento del Consejo Mundial, la labor de otro emprendedor supranacional resultó de gran importancia para el desarrollo del movimiento indígena internacional. Se trata de Jimmie Durham, un escultor cherokee que vivió durante los 60 y 70 en Ginebra cuando su mujer trabajaba para el Consejo Mundial de las Iglesias. En un periodo de efervescencia de los movimientos de liberación nacional en varios continentes, Durham consiguió hacerse amigo de significativos líderes del Congreso Nacional Africano, del SWAPO, etc. En 1974 se reunió con líderes del American Indian Movement y les convenció para formar el International Indian Treaty Council (IITC) (Dunbar-Ortiz, 2006) que finalmente vio la luz en 1975.


Indígenas de todo el mundo se identificaron con la definición de Cuarto Mundo como una identidad pan-indígena para negociar con sus gobiernos y el sistema de naciones una mejora en las condiciones económicas, sociales y culturales en las que vivían los PIs (Gartrell, 1986). Se suceden un ciclo de conferencias, declaraciones, organización y participación en cumbres paralelas que ayudan en el desarrollo de una identidad, discurso y agenda pan-indígena. Se realizan las primeras incursiones en el sistema ONU al recibir en 1977 el CMPI y el IITC el status consultivo de ECOSOC que permite su participación en la misma.


Su entrada en el circuito internacional institucional se produjo en 1977, cuando los PIs participaron por primera vez en un foro organizado por ONGs sobre los derechos de los PIs dentro del sistema ONU y los delegados iroqueses acudieron provistos de sus propios pasaportes (Cooper, 2004). El CMPI y el IITC, presentes por primera vez en el espacio ONU, defendieron la necesidad de la preservación del medio ambiente como derecho humano e incluyeron este derecho en su propuesta de Declaración de Derechos de los PIs (Coulterb, 1997). En este foro, las palabras pronunciadas por Manuel sobre la necesidad de cooperación entre indígenas y no indígenas cobraron especial fuerza "I have set down here our own needs as Indian peoples for the Fourth World. We know that we cannot move very far in that direction unless you (non-Natives) also choose to move (Manuel, 1974:261).


Son años de gran actividad indígena en los nuevos espacios que se les abren. Los indígenas participaron activamente en Barbados II en 1977 y en la "Conferencia Mundial en Contra del Racismo y la Xenofobia" de 1978 lograron que se utilizará la denominación "pueblos indígenas" y se reconociese su derecho a territorio y sus recursos.


21. The conference endorses the right of indigenous peoples to maintain their traditional structure of economy and culture, including their own language, and also recognizes the special relationship of indigenous peoples to their land, and stresses that their land, land rights and natural resources should not be taken from them (IITC,2000:NET).


Durante esta época predomina un discurso y una práctica donde prima el activismo centrado en la denuncia de las graves condiciones de violación de Derechos Humanos que vivían los indígenas, la situación de grave deterioro de sus ecosistemas y su impacto en dicha población (environmental racism), la reivindicación de su identidad nacional, la vigencia de los Tratados y de su firme voluntad de participar como naciones en la Sociedad Internacional.
El "discurso del hombre rojo" (Means, 1981) comienza a ganar terreno como discurso alternativo y a captar la atención de ecologistas y partidarios de los Derechos Humanos. Un discurso y una presencia que tiene voluntad de permanecer y crecer en la Sociedad Internacional.


El resultado más interesante de esta conferencia es el "Draft Declaration of Principles for the Defense of the Indigenous Nations and Peoples of the Western Hemisphere" que reivindica una presencia internacional para los PIs y puede considerarse como precursor de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de 1985. También en la declaración de Kiruna, que corresponde al segundo congreso del CMPI, se pueden encontrar elementos que sugieren parte de la agenda más tarde desarrollada y que apuestan claramente por la presencia y el activismo internacional.


La participación en estos procesos internacionales permitió reforzar los discursos políticos y movimientos culturales locales (Minde, 1995). Los discursos y puntos de vista desarrollados durante generaciones pudieron ser visualizados y escuchados en bocas de los indígenas por primera vez en varios siglos. En estos testimonios pidieron a los Estados el respeto a sus derechos: el derecho a la autodeterminación, el derecho a pervivir como pueblos singulares, el mantener su forma de vida y poder realizar su desarrollo como pueblos según sus deseos y siendo ellos los protagonistas.


Mediante todas estas iniciativas los PIs consiguieron, con la ayuda de las ONGs, un espacio autónomo para la acción fuera del control de los gobiernos que les permitía llevar a cabo una comunicación así como un trabajo continuado con otros actores internacionales con los que pudieron diseñar estrategias comunes (Carruthers, 1996). Durante los setenta asistimos a una preponderancia de los movimientos indígenas del Primer Mundo. Los discursos y definiciones generadas en esta época responden a la experiencia Occidental y la de los PIs de América, Australia y Oceanía (Bose, 1996; Kingsbury, 1997). Se trata de movimientos que nacen y se desarrollan en el entorno de democracias occidentales que impulsan la creación de movimientos intertribales (Sanders, 1980:NET).


La presencia de movimientos de Asia y África en este periodo es inexistente (Bose, 1996). En definitiva, en ningún caso nos hallamos ante movimientos de corte tradicionalista, sino de un movimiento moderno consciente de la necesidad de hacerse presentes en la sociedad internacional como fórmula para superar situaciones endémicas de marginación y deterioro de su estructura social, conscientes de que éstas son producto de la acción de poderosos actores internacionales. Tampoco se trata de manera alguna de movimientos radicales (Sanders, 1980) sino de movimientos pactistas acostumbrados a trabajar con gobiernos y organizaciones internacionales. El nacimiento del Cuarto Mundo supone pues, el aprovechamiento de la ventana de oportunidad que brinda la existencia de una contradicción entre el discurso progresista y respetuoso con los derechos humanos y una práctica de negación y violación de los derechos de los pueblos indígenas considerados primitivos y retrasados y que debían ser asimilados por la sociedad mayoritaria.


Far from reflecting ancient ethnic or tribal loyalties, their cohesion and action are products of the modern state´s demands that make themselves heard as powerful groups, or else risk suffering severe disadvantage (Bowen, 1996:6).
Una muestra de la capacidad en esta década de combinar reivindicaciones indígenas con tendencias globales lo constituye el documento sobre el Nuevo Orden Económico (WCIS, 1979) donde muestran sus puntos positivos y negativos. Comienza aquí una línea de trabajo en contra de las grandes organizaciones financieras internacionales responsables de los proyectos de desarrollo que asediaban sus tierras.


En la década de 1970, los indígenas de toda América formaron alianzas nacionales e internacionales y utilizaron esta nueva voz para defenderse de las políticas que ignoraban su derecho a la tierra y amenazaban su supervivencia. Comenzaron a tener presencia en los medios de comunicación y a enfrentarse al Banco Mundial, a los gobiernos y a otras instituciones responsables de la violación de sus derechos. (Survival International, 1992).


5. 1980-2003: PERIODO INSTITUCIONAL


Durante los setenta los ideólogos y activistas del Cuarto Mundo defendieron el carácter de nación de los PIs, y la idoneidad de utilizar los modelos de gobierno indígenas como forma de plasmar, de la mejor manera posible, la autodeterminación indígena. Estas propuestas comienzan a calar en diferentes colectivos que comienzan a apoyar esta causa indígena. Algunos de ellos explícitamente reivindican el carácter alternativo del Cuarto Mundo. Los trabajos de Nietschmann (1985 y 1994), Seton (1999), Ryser (2001) reivindican el carácter alternativo del Cuarto Mundo y su deseo de contribuir a la construcción de un nuevo orden internacional, capaz de integrar la diversidad.


Durante los ochenta, los trabajos de Nietschmann (1985) generan una nueva visión que rompe la lógica de la Guerra Fría dominante. Este autor manifiesta que los conflictos que enfrentan a indígenas y los Estados no deben ser entendidos en el marco de la guerra fría y habla en su artículo de la existencia del Cuarto Mundo y de las Guerras en el Cuarto Mundo. Y anuncia el surgimiento de un nuevo actor geopolítico.


"Increasingly, the Fourth World is emerging as a new force in international politics because in the common defence of their nations, many indigenous peoples do not accept being mere subjects of international law and state sovereignty and trusteeship bureaucracies. Instead, they are organizing and exerting their own participation and policies as sovereign peoples and nations" (Ibid.)
El trabajo de académicos y activistas dejó de manifiesto que las fronteras actuales de los Estados no se corresponden con las fronteras "imaginadas" de las naciones indígenas y denunció que los PIs han perdido el derecho a acceder y controlar su territorio y disfrutar los recursos que en ellos se encuentran. Nietschman (1994:231-238) denuncia que el proceso de construcción nacional es la resultante de un paralelo proceso de destrucción de los pueblos indígenas existentes que produce una continua reducción de su diversidad cultural y biológica, que hemos descrito en los capítulos anteriores. Los trabajos de Nietschman se centraron en Nicaragua y Guatemala principalmente pero mostraron que muchos de los conflictos activos durante aquella década eran Guerras del Cuarto Mundo.
By the end of 1983 and the beginning of 1984, Indigenous populations had become involved as direct combatants, or as targeted non-combatants in no fewer than twenty wars or major violent conflicts of an ongoing nature around the world. Notable among these conflicts are those involving the Timorese (Indonesia), Kalinga and Bontoc (Philippines), Miskito, Sumo and Rama (Nicaragua), Pipil (El Salvador), Maya (Guatemala), Karen (Burma), Yanamamu (Brazil), and Naga (India) (WCIP,1984:NET).


Los Cuarto Mundistas cuestionan las fronteras geo-políticas de los Estados envolventes y la noción de que existe una única nación dentro de sus fronteras (Minde 1995). El Cuarto Mundo durante este periodo obtiene éxito denunciando el limitado espacio político con el que contaban los PIs dentro de los estado-nación y "the legitimacy of political incorporation and cultural assimilation as an exercise of state sovereignty" (Wilmer, 1992:42). En definitiva, el Cuarto Mundo durante los ochenta fue efectivo a la hora de criticar la superioridad de Occidente con respecto a los PIs y buscó emanciparse del discurso colonial, asentando el valor de la indigeneidad como algo positivo. El Cuarto Mundo fue capaz de mostrar al mundo que la resolución de muchos conflictos políticos, militares, culturales y ecológicos pasaban por reconocer y aplicar los derechos indígenas. Asimismo, el Cuarto Mundo se afianzó como un actor geopolítico resistente y contrario a la globalización depredadora imperante.


La década de los 80 fue favorable para los Pueblos Indígenas en sentido de su empoderamiento....Los pueblos se enfrentan ahora "con el galopante neoliberalismo (los ajustes económicos y el globalismo de fin de siglo) (Delgado, 1996:1).
La actividad de denuncia de los grandes proyectos desarrollistas y las alternativas encarnadas en culturas indígenas con una ética de los límites (Martínez Bringas, 2006) captó el interés y apoyo del movimiento ecológico internacional. Este discurso caló en una audiencia occidental sensibilizada que comienza a apreciar una relación entre diversidad cultural y ecológica (Shiva, 1989) y que comienza a abrirse a las propuestas de los Cuartomundistas que vinculan genocidio, "etnocidio", "ecocidio" y la defensa de la autodeterminación indígena como alternativa.


Whites concerned about the survival of the environment could suddenly see that the Indians have been giving environmental speeches for hundred years, suddenly, when, to the more pessimistic ecologist prospects for a fruitful future seemed most dark the Indian movement lit the way with a convincing and healty relationship to the land (Weyler, 1984:243).


La imagen del colonialismo interno y su estela de violaciones de derechos humanos y destrucción medioambiental hizo mella en la conciencia de muchos grupos occidentales que fueron de vital importancia para la pujanza que el Cuarto Mundo conoció durante los 80 (Gupta 1999; Nugkuag 1995; Carruthers 1997; Shiva 1998). Durante este periodo el Cuarto Mundo recibió el apoyo de comunidades epistemológicas internacionales y expertos que desarrollaban su actividad en los campos de la Ecología, Antropología, los Derechos Humanos, la prevención de conflictos, etc. Estas comunidades epistemológicas son importantes porque muchas veces producen y reproducen el marco ideológico en el que los Estados y las organizaciones internacionales toman sus decisiones (Salomón 1992 en Haas, 1992:35 ).


Durante esta década, destaca el protagonismo de los PIs asiáticos y su resistencia contra los megaproyectos desarrollistas Amazonía, (Narvada y Chipcko) y la defensa de la Amazonía como pulmón del mundo que centra la atención de gran parte del activismo internacional de la década. También en esta época se produce la participación de una organización africana en el movimiento indígena internacional cuando en 1989 Moringe Ole Parkipuny, un activista Masai de Tanzania participó en el Grupo de Trabajo de Poblaciones Indígenas (GTPI) (Hodgson, 1994).
Se produce durante esta década, una tendencia hacia la formación de organizaciones indígenas regionales que constituyen contrapartes para las organizaciones activistas de carácter internacional que comienzan a trabajar en apoyo de la agenda indígena (Martí i Puig 2004, Pieck 2006), Este fenómeno de génesis de organizaciones pan-indígenas de carácter regional es especialmente evidente en la Amazonía con la creación de la "Confederación de Naciones Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE)", la "Asociación Indígena de la Selva Peruana (AIDESEP), "Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), la "Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), la UNI (Brasil) y la "Organización Nacional de Indígenas de Colombia" (ONIC) que se unieron para formar la Confederación de Organizaciones de la Cuenca Amazónica (COICA) en 1984.


Durante los ochenta la labor realizada por el Cuarto Mundo y por su organización principal, el Congreso Mundial de los Pueblos Indígenas (CMPI), es frenética. Manuel viaja constantemente por los cinco continentes y realiza contactos con indígenas de todo el mundo (Sanders, 1980). Además, el movimiento indígena consigue a través de una efectiva labor de lobby, ganar el apoyo de Noruega, tras la celebración del Tribunal Russel en Holanda. También, el apoyo del gobierno autónomo de Groenlandia ofrece una referencia y un apoyo intelectual con presencia a nivel internacional que impulsa la causa indígena a niveles desconocidos hasta el momento (Minde, 1995). Es una época en la que los movimientos indígenas generan alianzas internacionales que les llevan a aumentar su alcance político y desafiar los efectos negativos de la globalización depredadora (Weiss, 2000).


En 1980, el CMPIE acude a Tribunal Bertran Russel y denuncia la situación de genocidio, ecocidio y etnocidio sufrida por numerosos PIs de América (WCIP, 1981).Un año después la UNESCO organiza el "Meeting of Experts on Ethno-Development and Ethnocide in Latin America" con importante participación indígena y que produjo una condena del etnocidio y una apuesta por el etnodesarrollo que es asumida por la UNESCO. El mismo año de 1981, los indígenas toman parte en una conferencia organizada por ONGs en la ONU "International NGO Conference on Indigenous Peoples and the Land" y se presentan por primera vez como "Cuarto Mundo" (Pino-Robles 1996, Peang-Meth 2002). La Conferencia discute temas relacionados con la ecología, los derechos humanos y sobre todo las estrategias de extracción de recursos en territorios indígenas utilizados con la energía, la minería, la agricultura industrial, la producción masiva de alimentos y el tráfico de drogas que amenazaban territorios indígenas. Es aquí donde se produce la reivindicación de la creación de un grupo de trabajo en el espacio ONU que analice la problemática sufrida por los PIs. Los indígenas en esta época desarrollan una importante labor de participación en cumbres paralelas, presentan enmiendas y alternativas y consiguen el apoyo de gobiernos y ONGs, reforzando su presencia y relevancia internacional.


Uno de los hitos en esta lucha por sus derechos contra la globalización depredadora durante la década de los ochenta es la aprobación por parte del Banco Mundial de su "Tribal Policy". Aunque mantiene su carácter asimilacionista se consigue que se limiten los efectos genocidas y etnocidas de pasados proyectos que ampliamente habían denunciado los PIs. El Banco Mundial hizo pública su voluntad de incluir cláusulas de salvaguarda en los proyectos que apoyaba y esto fue utilizado por los PIs para presionar a sus Estados para que cumplieran con los requerimientos internacionales. Este creciente activismo indígena obligo a la ONU a tomar cartas en el asunto y en 1982 se crea el Grupo de Trabajo de las Poblaciones Indígenas (GTPI) que ahonda en las recomendaciones del trabajo realizado por Cobos. La participación en este foro generó un cambio de discurso y estrategia hacia una línea más técnico-posibilista centrada en los discursos y formas de trabajar en el espacio ONU. Se trata de una participación centrada en cuestiones concretas de la agenda internacional, "issue-area". Este cambio de estrategia y su anclaje dentro del funcionamiento de la ONU permite una cooperación internacional capaz de superar los límites impuestos por el Estado.
the more a specific issue-area is arranged by international co-operation, the more permeable should state boundaries become for transnational activity (Risse & Capeen,1995:7).


Un ejemplo de esta especialización o adaptación al sistema ONU es la separación entre los Derechos Humanos y la Ecología como "issue-areas" o espacios de actividad paradiplomática. Esta diferencia no existe en la agenda indígena previa, que considera a ambos espacios como dos caras de la agresión contemporánea contra los PIs. Pero es indudable que durante esta época los PIs fueron especialmente exitosos en presentar su lucha por la autodeterminación y el control de sus territorios en términos ecológicos (Pieck, 2006).
También durante esta década, GTPI se convierte en el locus principal de la actividad indígena. Se trata del centro principal de coordinación y actividad política internacional que después dará lugar a redes informales que generarán actividades en el ámbito regional o estatal (Minde 1995, Wilmer 1993, Cooper 2004). El trabajo en el foro se centró principalmente en el impulso de la Declaración universal de los PIs.


Estas reuniones de la ONU fueron para los indígenas un proceso de aprendizaje de las complejidades del mundo diplomático multilateral y una ocasión para forjar alianzas entre ellos y con diversas organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. Así fue surgiendo a lo largo de estos encuentros una agenda indígena de derechos humanos, que ha contribuido paulatinamente a la emergencia de un derecho internacional de los pueblos indígenas y a la construcción de los pueblos indígenas como un nuevo sujeto colectivo del derecho internacional (Stavenhaguen, 2006:24).


Al amparo de las conferencias internacionales y los espacios vinculados a los "issue-arena", el Cuarto Mundo desarrolla su capacidad de influenciar a los Estados mediante acciones de lobby e impulsando la creación de informes relevantes para mostrar la problemática indígena. Se realiza una actividad propositiva mucho más técnica y centrada en temas concretos. Se produce una combinación de agitación política con un activismo legal (Sanders, 1980:NET). Destacan los informes que denuncia la situación sugerida por los PI . El acceso a los representantes del Estado es bastante más sencillo en el escenario internacional que en el propio Estado. Simultáneamente se amplían las posibilidades de realizar proselitismo y ampliar la red indígena y las plataformas de apoyo, identificando contrapartes que comparten objetivos. Posteriormente se produce el intercambio de información y desarrollo de estrategias conjuntas que caracterizan a las "Transnacional Advocacy Networks". Para guiar esta línea de trabajo conjunto el WCIP realizó en Panamá una conferencia que tuvo como resultado la Declaration of Principles on the Rights of Indigenous Peoples que se convirtió en una referencia para el trabajo entre PIs y otros grupos de apoyo que participan como aliados de los mismos.


Paralelamente a la participación en los espacios ONU, el Cuarto Mundo centra su lucha contra las organizaciones que concentran el poder económico y político en esta época. Son principalmente compañías transnacionales y proyectos impulsados por organizaciones financieras internacionales aliadas con dictaduras militares en el Tercer Mundo. La resistencia contra proyectos impulsados por el Banco Mundial, tales como la presa Narvada en India o Polonoroeste, o el muy famoso movimiento Chipcko de los adivasis (PIs) de la India les convirtió en hitos de la lucha contra el desarrollismo internacional y en símbolos de la movilización ecologista internacional. En esta década son los PIs de Asia y la región Amazónica los que concentran la atención internacional. Esta actividad da lugar a lo que se conoce como el "ecologismo de los pobres" o globalización desde abajo (Ekins, 1991). La opinión internacional se muestra crítica ante el modelo de desarrollo imperante en la época y se crea una opinión contraria a la asimilación y ocupación de territorios indígenas. La corriente crítica pujante apuesta por el multiculturalismo, participación y la descentralización. Esta corriente fue especialmente aprovechada por los PIs
Los éxitos más sonoros cosechados por la paradiplomacia indígena, se producen en esta década. El informe Brundtland marca un hito internacional al integrar elementos de la agenda indígena y reconocer el valor de sus culturas y su rol en el fomento del DS.


The basic needs include the right to preserve their cultural identity, not to be alienated from their own society and their own community (WCED,1987:31).
En 1989 UNICEF incluye en su Convención de Derechos de la Infancia el artículo 30, que recoge el derecho de los niños indígenas a mantener su cultura, y ese mismo año también se aprueba el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que realiza una apuesta clara a favor de la multiculturalidad y que supone una superación de la tendencia asimilacionista existente en el Convenio OIT 107. Asuntos considerados vitales para la agenda indígena, tales como los derechos sobre el territorio, la descentralización, la participación, el derecho a la consulta, etc. son recogidos por este importante documento, el de más alto nivel a favor de los PIs aprobado hasta ahora. Aun así, el OIT 169 es más una herramienta creada desde los Estados para regular sus relaciones con los PIs. El proceso de creación de este documento apenas contó con participación indígena. Los indígenas tuvieron que servirse de sus contactos con diferentes gobiernos y ONGs para estar presentes. Sin embargo, el trabajo realizado para mostrar a la opinión internacional el fracaso y el daño ocasionado por políticas asimilacionistas hizo que la OIT se replanteara el convenio 107 y que llamará a representantes indígenas a participar en el trabajo de evaluación que dio lugar al 169. Según Khosravi (2006: 13-14), gran parte del activismo indígena y las críticas al 107 tuvieron su origen en el GTIP y como respuesta la OIT decidió convocar una reunión de expertos en Ginebra en 1986 y fueron convocadas organizaciones que representaban a los indígenas. El CMPI y Survival International participaron por primera vez en un foro internacional en calidad de expertos. También hubo representación indígena en calidad de observadores, mediante representaciones cedidas por organizaciones de trabajadores (Tomei, 1997). Fruto de estas discusiones entre gobiernos representantes de la patronal, los trabajadores y los indígenas fue el Convenio 169 que rechaza el lenguaje asimilacionista y apuesta por una actitud de respeto y dignidad (Ibid.)


El proceso de negociación del 169 supuso un aumento de la presencia y relevancia indígena que se mostró capaz de ampliar sus alianzas y contactos así como sus apariciones en los medios de comunicación occidentales. Fruto de esta experiencia, algunas organizaciones regionales como COICA consiguieron una relevancia inusitada anteriormente y un acceso a redes internacionales inaudito (Pieck, 2006).
La importancia de COICA en las Naciones Unidas y durante la revisión del Convenio 107/169 de la OIT, estuvo más allá de sus contribuciones en este proceso. Su persistente participación puso al movimiento indígena del Amazonas en contacto con los partidos verdes europeos, los movimientos de trabajadores, y una variedad de grupos de apoyo a los indígenas. Estos contactos resultaron ser sumamente importantes para conseguir una base política y financiera a través de Europa. Gracias a estos contactos, COICA aprendió cómo moverse dentro del juego de la política y la financiación internacional, dejó viva su presencia en estos círculos a través de sus visitas e, indirectamente, influyó en las decisiones de las fuentes de financiación tanto oficiales como no-oficiales (Chase,1996:110).
Estos dos instrumentos legales internacionales citados se distancian de la tradición asimilacionista secular que tan letales resultados había deparado a las culturas indígenas, y realizan una apuesta por la multiculturalidad y el diálogo entre culturas, que supone un punto real de inflexión en la larga historia de relación con los PIs. Por primera vez, documentos de referencia para la Sociedad Internacional reconocen la importancia y contribución de las culturas indígenas.

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